Lo que no alcanzan a entender, o al menos se lo “callan”, es la profundidad de esta crisis, sus raíces estructurales y sus dimensiones económicas, sociales y geoestratégicas. De todo esto trata el presente documento.
- La evidencia. Desde hace un año, pero sobre todo en los últimos 6 meses, de lo que más se habla en Canarias es de los efectos devastadores en las islas de la crisis económica como consecuencia de la parálisis de la economía mundial a partir del covid-19. No podía ser de otra manera en un modelo neocolonial interior español-europeo basado en la explotación de su situación geoestratégica de Canarias y de su clima, donde la estructura económica y social se basa en su mayor parte en la actividad terciarizada (turismo y servicios), producto del peculiar desarrollo histórico del archipiélago instaurado desde el mismo momento de la conquista efectuada por el imperialismo monárquico español-europeo en el siglo XV. Por esta razón histórico-política, lo esencial de la economía está paralizada[1]. A esta circunstancia histórica debemos añadir factores propios de la estructura de la estratificación social característica de formaciones neocoloniales terciarizadas: predominio del sector servicios, paro estructural masivo, muy superior al existente en la península ibérica, perjudicado aún más por la crisis de covid-19, y el agravamiento de todo ello a partir de la crisis social creada como consecuencia de una renovada marcha verde, con el incremento masivo de la inmigración ilegal de origen africano (marroquíes y subsaharianos) que son hacinados en instalaciones, muchas de ellas insalubres, y con la pretensión de convertir a Canarias en un “campo de contención”, o mejor de “concentración” de inmigrantes camino a Europa similares a los que ya han existido en Italia o Grecia.
[1] Para profundizar en esta tesis, consultar Nacionalismo y Revolución, Libro III, El nacionalismo anticolonialista en Canarias: verdad y fantasías.
Fuente:
https://karlosluckas.blogspot.com/2021/02/canarias-en-la-encrucijada-una.html